Valladolid acelera hacia una movilidad más humana
En una ciudad como Valladolid, donde la tradición y el crecimiento urbano se entrelazan a diario, la movilidad urbana representa mucho más que un reto logístico: es una decisión social y política que impacta en la calidad de vida de miles de personas.
Esa premisa guió la reciente reunión entre el Ayuntamiento de Valladolid, el Laboratorio Urbano de la Universidad Modelo y el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (IMDUT), actores clave en la implementación del Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS).
Un paso técnico, pero profundamente ciudadano
La sesión de trabajo no fue un simple encuentro institucional. Fue una declaración de intenciones: la voluntad política y técnica de transformar Valladolid en una ciudad que priorice a quienes caminan, pedalean o usan el transporte público.
¿Qué se acordó?
- Diseño e implementación de proyectos viales con enfoque en seguridad vial.
- Coordinación activa entre municipio, academia y expertos estatales.
- Planificación basada en datos y evidencias, no en ocurrencias.
«La movilidad no es solo cuestión de tráfico; es una decisión sobre qué tipo de ciudad queremos ser». — Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (IMDUT)
El papel clave del PIMUS en Valladolid
El Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS) no es nuevo, pero ahora entra en una fase crítica: la transición del diagnóstico a la acción.
¿Qué es el PIMUS?
- Una estrategia de largo plazo para mejorar la movilidad urbana.
- Enfoque en la sustentabilidad, equidad e inclusión social.
- Participación interdisciplinaria: ingeniería, urbanismo, sociología y más.
Este documento técnico sirve como hoja de ruta para que Valladolid se convierta en un referente regional de movilidad equitativa y sustentable.
Gobernanza compartida: un modelo para replicar
La participación del Gobierno del Estado, específicamente del IMDUT, no es anecdótica. Representa un modelo de gobernanza colaborativa que podría replicarse en otros municipios de Yucatán.
Las claves de esta coordinación:
- Acompañamiento técnico constante, no sólo supervisión.
- Diálogo interinstitucional real, más allá de protocolos.
- Metas compartidas entre academia, estado y municipio.
El respaldo del gobernador Joaquín Díaz Mena fortalece la legitimidad política de este esfuerzo y lo posiciona como una prioridad estatal.
Caminantes, ciclistas y transporte: el nuevo centro
Una de las señales más potentes de esta estrategia es el enfoque claro hacia las personas y no los vehículos.
¿Qué implica esto en la práctica?
- Ampliación y mejora de banquetas y ciclovías.
- Rediseño de cruces peligrosos.
- Mejora de rutas y paraderos de transporte público.
En un contexto donde el 40% de los viajes urbanos se hacen caminando o en transporte público, estas medidas no son decorativas, sino esenciales.
Una ciudad que planifica su futuro
Este avance es más que una buena noticia: es una señal de madurez institucional y compromiso con el desarrollo sustentable. Valladolid no espera a que el caos vial lo obligue a actuar: está tomando decisiones proactivas, basadas en evidencia.
La coordinación interinstitucional, el respaldo estatal y el rigor académico convierten al PIMUS en una plataforma sólida para construir una ciudad más humana, más segura y más equitativa.
El desafío que sigue
Ahora, el reto es mantener el impulso, evitar que las buenas intenciones se diluyan en burocracia y convertir el plan en mejoras tangibles para los ciudadanos.
¿Será Valladolid un modelo de movilidad para el sureste mexicano? Todo dependerá de la constancia, la transparencia y la voluntad de seguir escuchando a la gente.