Kate del Castillo y El Chapo: la reunión secreta que cambió su vida, la expuso ante el mundo y frenó su carrera. Hoy rompe el silencio.
La cita con El Chapo que marcó un antes y un después
El 2 de octubre de 2015, Kate del Castillo vivió el momento más controversial de su vida. La actriz mexicana se reunió con Joaquín “El Chapo” Guzmán, entonces el narcotraficante más buscado del planeta. Lo que comenzó como una idea para una película terminó en una pesadilla mediática y legal. El encuentro cambió su carrera, su imagen pública y su destino.
Una historia de confianza, tequila y poesía en la sierra
El origen del vínculo insólito
Todo comenzó en 2012, cuando Del Castillo publicó en Twitter un mensaje cargado de frustración hacia el gobierno mexicano. En él, expresó su desconfianza en las autoridades y, paradójicamente, pidió a Guzmán que “traficara con el bien”.
“Hoy creo más en El Chapo Guzmán que en los gobiernos que me esconden verdades”, escribió la actriz.
Ese mensaje desató el interés del capo, quien, a través de sus abogados, contactó a la actriz. Quería que ella fuera la encargada de producir su película biográfica. Para él, Kate podía mostrar «su verdadera historia».
El encuentro secreto
En 2015, tras meses de comunicación secreta, se organizó una reunión en la sierra sinaloense. Además de Del Castillo, asistió el actor Sean Penn, quien posteriormente escribiría sobre el encuentro para Rolling Stone.
Kate llegó con una botella de su tequila “Honor” y varios libros de poesía de Jaime Sabines. Su intención: sensibilizar al capo, establecer una conexión humana más allá del negocio o el mito criminal.
El costo de acercarse al narcotráfico: persecución y estigma
Investigaciones y exilio
Tras revelarse la reunión, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) abrió una investigación. Se le acusó de presunto lavado de dinero, sospechando que Guzmán pudo haber financiado su marca de tequila o la película.
Del Castillo nunca fue imputada formalmente, pero ante la amenaza, decidió permanecer en Estados Unidos.
«Estoy dispuesta a declarar, pero solo en territorio estadounidense», declaró a través de sus abogados.
La actriz denunció sentirse perseguida políticamente y acusó a las autoridades mexicanas de usarla como chivo expiatorio mediático.
Cancelación y silencio laboral
Durante años, Kate no consiguió trabajo en México. Fue rechazada por productores, señalada por la prensa y acosada en redes sociales. La “reina del sur” pasó a ser la mujer que “coqueteó con El Chapo”.
“Muchos años no trabajé; se me vino la gente encima”, confesó recientemente.
Esa cancelación silenciosa dejó huellas profundas: aislamiento profesional, ataques virtuales y deterioro emocional.
El espejo entre la realidad y la ficción
“La más fan”: un personaje con ecos de su historia
En medio de la promoción de su nueva película La más fan, Del Castillo habló de cómo el nuevo personaje le resultó un espejo emocional.
“Es la primera vez que me voy a enfrentar a un personaje que soy prácticamente yo”, dijo.
“También me cancelaron, también me señalaron”.
En la cinta, interpreta a una mujer enfrentada al juicio de la opinión pública. Para Kate, es un acto de catarsis artística: la posibilidad de reconstruirse en pantalla desde sus propias ruinas.
De las críticas al control: cómo reinventó su voz en redes
Cuidar la salud mental en tiempos de linchamiento digital
Uno de los aprendizajes más fuertes de Del Castillo fue tomar control de su narrativa en redes. Tras años de agresiones, decidió no leer comentarios ni responder al odio.
“Yo uso las redes, las redes no me usan a mí”, aseguró.
Este nuevo enfoque le ha permitido proteger su salud mental, promover sus proyectos y conectar con sus seguidores desde un lugar de autonomía.
¿Qué queda después del escándalo?
Las secuelas invisibles
Aunque con el cambio de gobierno en México pudo volver al país, el estigma persiste. Cada entrevista revive la historia. Cada titular la devuelve al encuentro con el narco.
En lo profesional, Del Castillo se ha reinventado, pero sigue cargando con la marca indeleble de aquella reunión.
“Ese episodio me acompaña siempre”, ha reconocido.
¿Quién decide quién merece redención?
La historia de Kate del Castillo es más que un escándalo. Es un retrato complejo de cómo el poder mediático, político y social puede elevar o destruir carreras. ¿Hasta qué punto debe una figura pública pagar por sus decisiones personales? ¿Dónde está la línea entre ingenuidad, intención artística y complicidad?
La actriz ha reconstruido su camino con cautela, pero el juicio tanto legal como moral sigue abierto en la conciencia colectiva. En un país donde la violencia y la corrupción desdibujan la ética, la historia de Kate y El Chapo sigue siendo una advertencia incómoda.