Funan a influencer por pedir patrocinadores para su boda: el drama viral de la «pareja migajera»

El amor en tiempos de canje

Katherin Noriega, periodista y creadora de contenido, decidió romper estereotipos al pedirle matrimonio a su novio. Pero no imaginó que esa decisión, sumada a una solicitud de patrocinadores para su boda, la convertiría en blanco de duras críticas. En redes, ya la llaman la «migajera de Colombia».

De pedida de mano viral a escándalo en redes

Una propuesta fuera de lo común

Todo comenzó en noviembre, cuando Katherin Noriega sorprendió a su pareja, Andrés de Armas, con una pedida de mano grabada y compartida en Instagram. En el video, se observa a la joven entregando un anillo tras recibir juntos las llaves de su departamento.

El momento, aunque emotivo, desató una ola de comentarios misóginos y conservadores. «Dios me libre de una desesperada así» y «si el hombre no lo propone, es porque no quiere», fueron algunos de los mensajes que reflejan cómo aún persisten ideas tradicionales sobre el rol de género en las relaciones.

Doble compromiso, doble controversia

En diciembre, Andrés de Armas también organizó una pedida de mano, formalizando el compromiso por segunda vez. Pero lejos de aplacar las críticas, el nuevo gesto fue visto como un intento de «compensar» lo que muchos usuarios interpretaron como una falta de iniciativa masculina.

La boda del escarnio: patrocinadores a cambio de promoción

«Nosotros somos emprendedores»

La polémica escaló cuando la pareja, mediante un video, solicitó apoyo a emprendedores para que fueran sus padrinos de boda a cambio de promoción en redes sociales. La propuesta fue clara: visibilidad digital a cambio de servicios o productos.

Pero en lugar de generar simpatía, la estrategia fue vista como un intento de «mendigar». Frases como «vergüenza y dinero para la boda son dos cosas que no tienen» y «si trabajas y ganas dinero, ¿por qué lo quieren todo en canje?» inundaron Twitter, donde el tema se volvió tendencia.

¿Emprendimiento o oportunismo?

Noriega justificó su propuesta diciendo que ambos son creadores de contenido y conocen el valor del posicionamiento digital. Sin embargo, la audiencia no lo interpretó como una colaboración estratégica, sino como una falta de recursos y orgullo.

Así nació el apodo: la pareja migajera de Colombia. En redes sociales, el término «migajero» se usa para referirse a personas que se conforman con lo mínimo o buscan beneficios sin ofrecer compensaciones sustanciales.

Una mirada crítica al fenómeno

La funa como espectáculo social

Este caso expone cómo las redes sociales han normalizado el juicio público inmediato y despiadado. La funa —práctica de señalar y castigar socialmente a alguien en internet— se ha vuelto parte del ciclo de consumo digital, donde cada acción viraliza, pero también polariza.

Los usuarios no sólo juzgaron el acto de pedir patrocinadores, sino que también proyectaron estereotipos sobre relaciones de pareja, roles de género y clase social. En lugar de un análisis crítico sobre el valor de las colaboraciones entre marcas e influencers, se optó por el escarnio.

¿Hay futuro para las bodas patrocinadas?

En un ecosistema donde los influencers monetizan cada aspecto de su vida, ¿es realmente condenable buscar apoyo para una boda? Las colaboraciones con marcas son una práctica habitual, incluso entre celebridades. Sin embargo, la línea entre emprendimiento y exposición se vuelve borrosa cuando entra en juego la opinión pública.

¿Amor genuino o estrategia de contenido?

Lo que comenzó como una historia de amor fuera de lo común terminó convertido en una lección sobre los límites de la visibilidad digital. ¿Dónde termina la vida personal y empieza la marca personal? ¿Debe el público tener voz en decisiones tan íntimas como una boda?

Katherin Noriega y Andrés de Armas quizá solo buscaron compartir su felicidad, pero en un mundo hiperconectado, cada publicación es también un riesgo. ¿Estamos preparados para vivir nuestras relaciones bajo el escrutinio constante de las redes?

AL MOMENTO

ARTÍCULOS RELACIONADOS