El día que la lealtad se tambaleó entre risas
Eugenio Derbez soltó la carcajada al recordar una de las anécdotas más surrealistas con su entrañable amigo y colaborador Sammy Pérez: el día que lo dejó plantado por irse a grabar con Memo del Bosque. Una historia que mezcla humor, sinceridad brutal y una amistad fuera de serie.
Sammy Pérez: genio del humor y del caos organizado
Trabajar con Sammy Pérez nunca fue fácil, pero siempre valía la pena. Eugenio Derbez compartió que, para garantizar su presencia en una grabación, debían planear con días de anticipación. Literalmente, tenían que ir a buscarlo desde el martes para una grabación programada el viernes.
«Sammy era muy honesto. Teníamos que ir por él y dejarlo bajo el cuidado de alguien del equipo, porque si no, no llegaba», contó Derbez.
Su vida sin celular complicaba las cosas, pero su carisma y talento compensaban cualquier contratiempo. Eso sí, no era raro que desapareciera o aceptara otras propuestas, incluso si ya había un compromiso previo.
El plantón más sincero del mundo
Una vez, todo estaba listo para grabar. El equipo había hecho su parte: Sammy estaba «resguardado». Pero llegó el viernes… y no apareció. La semana siguiente, Eugenio lo enfrentó.
La respuesta fue tan honesta que desarmó cualquier enojo:
«No, no llegué. Sí, tenía llamado».
Y al preguntarle por qué, soltó la bomba con una sonrisa y sin rodeos:
«Es que me, me, me habló Memo del Bosque… porque me pagó más».
Derbez no sabía si reír o llorar. Sammy sabía que no estaba bien, pero su honestidad desarmaba cualquier crítica.
Honestidad como bandera
Esta anécdota, compartida en «La Cotorrisa», rápidamente se volvió viral. Las redes reaccionaron con nostalgia y risas:
- «Sammy se defendía dándole a todos la razón».
- «Qué bonita historia».
- «Era honesto, y eso a nadie hace enojar».
Derbez lo resume perfecto: «Esto es real, no se los estoy inventando». Esa frase encapsula el espíritu de Sammy, un comediante que nunca dejó de ser él mismo.
La relación entre Derbez, Sammy y Memo
Más allá del episodio puntual, esta historia expone un triángulo profesional curioso. Eugenio Derbez y Memo del Bosque, dos titanes del entretenimiento mexicano, compartieron a Sammy en diferentes etapas. Para Sammy, ambos eran oportunidades, y él elegía con el corazón… y a veces con la billetera.
Ambos productores supieron ver el diamante en bruto que era Sammy Pérez. Su estilo único, mezcla de torpeza y brillantez, lo convirtió en un icono.
Una lección inesperada de lealtad y humanidad
En un mundo donde el profesionalismo suele ser inquebrantable, Sammy nos recordó que la humanidad siempre va primero. Su espontaneidad, su humor involuntario y su franqueza marcaron una época.
Derbez no lo juzga, lo recuerda con cariño. Y el público también. Porque en el fondo, todos quisiéramos tener un amigo tan auténtico como Sammy.
El legado de la verdad sin filtro
La historia de Sammy Pérez no es solo una anécdota graciosa. Es una ventana a cómo la autenticidad puede ser desarmante, entrañable y poderosa. En tiempos de apariencias, su legado es un llamado a la verdad sin filtro.
¿Qué pasó con esos momentos genuinos en la televisión? Tal vez, historias como esta nos invitan a recuperarlos.
