En México, el crimen organizado ya no solo se enfrenta con balas: hoy también pelea con cámaras, redes sociales y narrativa. La propaganda del narco se ha transformado en una peligrosa arma cultural.
El inicio brutal: cuando el narco descubrió el poder del video
El primer mensaje sangriento que cambió la guerra
Todo comenzó el 16 de mayo de 2005. Ese día, México vio circular su primer gran narcovideo: una grabación cruda y escalofriante, difundida en DVD. En ella, presuntos miembros de Los Beltrán Leyva, liderados por “La Barbie”, interrogaban y ejecutaban a dos hombres ligados a Los Zetas.
El material —filmado en Acapulco— mostró una nueva faceta del crimen: el poder audiovisual del terror. Ya no bastaba con matar, había que hacerlo de forma pública, visible y mediatizada.
“Los cárteles mexicanos han convertido la violencia en un espectáculo mediático”, advirtió el periodista David Saucedo. Y tenía razón.
Aquel video marcó un antes y un después. El narco descubrió que el miedo también se viraliza.
Del terror al TikTok: el narco cambia de piel
El nuevo lenguaje del crimen organizado
Dos décadas después, la violencia explícita sigue, pero ahora convive con glamour, lujos y estética juvenil. En redes como TikTok o Instagram, el narco se presenta como un estilo de vida deseable.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa encabezan esta evolución. Suben videos con:
- Autos deportivos
- Montones de dinero en efectivo
- Mujeres con armas y ropa de marca
- Sicarios bailando corridos tumbados
El mensaje es claro: el narco ya no asusta, ahora seduce.
Narco-influencers: la propaganda hecha contenido viral
No todos son criminales armados. Algunos “narco-influencers” solo documentan el mundo del crimen:
- Muestran zonas dominadas por cárteles
- Publican operativos sin presencia del Estado
- Cobran por grabar experiencias “del narco”
Estos perfiles —algunos con miles de seguidores— ayudan a normalizar y romantizar la violencia.
Música que mata… pero también vende
Los narcocorridos: una tradición que se reinventa
Desde hace años, los narcocorridos han sido el soundtrack de la cultura criminal. Canciones dedicadas a capos como:
- Joaquín “El Chapo” Guzmán
- Nemesio Oseguera “El Mencho”
- Los Chapitos
Enaltecen acciones ilegales, construyen mitos y refuerzan la idea del narco como héroe popular.
Aunque han sido prohibidos en estados como Sinaloa o Michoacán, la música no ha parado. Grupos como Los Alegres del Barranco siguen cantando al crimen.
Corridos tumbados, trap y reguetón: el crimen en clave urbana
Hoy, los narcocorridos se han modernizado:
- Corridos tumbados
- Trap mexicano
- Letras fusionadas con reguetón
Este nuevo formato usa lenguaje joven y ritmos pegajosos. El crimen se consume como entretenimiento, se canta en fiestas, se baila en redes.
Lo preocupante es que “el mensaje narco ya no parece delito, sino éxito”.
De narcomantas a likes: la comunicación total del narco
Viejos métodos, nuevos contextos
Aunque el narco domina lo digital, no ha abandonado los recursos tradicionales:
- Narcomantas en puentes y avenidas
- Mensajes de advertencia o amenaza
- Firmas simbólicas del poder territorial
Estos elementos se combinan en una estrategia de comunicación integral: el narco habla, grita y firma su presencia donde puede.
¿Y el Estado? Sin narrativa, sin control
Los intentos gubernamentales por frenar esta narrativa han sido mínimos y poco eficaces:
- Campañas de prevención ineficaces
- Decomisos simbólicos
- Cierre de cuentas en redes sociales
Mientras tanto, los jóvenes vulnerables, sin empleo ni oportunidades, reciben a diario el mensaje de que ser narco es poder, respeto y dinero.
Una guerra simbólica que el Estado está perdiendo
El narco no solo dispara: también comunica
La propaganda criminal no es un accesorio de la violencia: es una herramienta de dominación social. Ha creado códigos propios, imaginarios aspiracionales y una estética que cautiva.
No se trata solo de censurar canciones o cerrar perfiles. Se necesita:
- Educación crítica
- Alternativas reales para los jóvenes
- Un cambio cultural que desmonte el relato criminal
“Esta narrativa también mata, aunque lo haga sin disparar”.
El crimen organizado en México ya no solo domina territorios: domina sentidos, símbolos y pantallas. Mientras el Estado responde con acciones limitadas, el narco gana corazones, clicks y seguidores.
La pregunta es urgente: ¿cómo combatir un relato tan seductor cuando la realidad social ofrece tan poco?