Cuando el miedo despierta al pueblo: la madrugada sangrienta en San Bartolo
La palabra «masacre» ya no estremece como antes. Pero en San Bartolo de Berrios, municipio de San Felipe, Guanajuato, la noche del 19 de mayo de 2024 quedó tatuada con balas, cuerpos y silencio. Siete jóvenes asesinados, entre ellos menores de edad, incluyendo a los hijos del delegado local y un miembro de la comunidad LGBTQ+. El ataque, atribuido al Cártel de Santa Rosa de Lima, fue brutal y público: ocurrió en el corazón del pueblo, frente al kiosco, bajo la luna y las luces rotas de una fiesta parroquial.
El ataque: 100 casquillos y una escena de guerra en la plaza principal
Cómo ocurrió la masacre
Eran las 2:00 a.m. cuando las primeras llamadas al 911 rompieron el sueño del pueblo. Camionetas polarizadas ingresaron al centro y abrieron fuego sin previo aviso. Según reportes oficiales, los agresores dispararon con armas largas, dejando alrededor de 100 casquillos en la escena.
El hallazgo de los cuerpos
La policía local llegó minutos después y encontró siete cuerpos alrededor de una camioneta, entre la banqueta y el kiosco. Algunos intentaron correr. La sangre y el silencio fueron el único testigo. Peritos de la FGE trabajaron hasta el amanecer para levantar los cuerpos.
Las víctimas: juventud truncada y un pueblo en luto
Quiénes eran
Entre los asesinados estaban los hermanos Tapia, hijos del delegado de San Bartolo, y Miguel Juárez, joven activista LGBTQ+. Tenían entre 16 y 17 años. Solo uno no era del pueblo: provenía de la comunidad vecina de Chirimoya.
La respuesta comunitaria
Vecinos encendieron veladoras, marcaron cruces de cal y se abrazaron en silencio. El colectivo local Pride condenó el asesinato de Miguel: «Nos unimos a la pena que embarga a su familia y a las de todos los jóvenes asesinados».
El mensaje criminal: narcomantas y guerra entre cárteles
Narcomantas en San Felipe
Horas después, narcomantas firmadas por el Cártel de Santa Rosa de Lima aparecieron en puntos clave de San Felipe. Reclamaban la autoría del ataque y advertían sobre su presencia: «Ya llegamos a San Felipe y sus comunidades».
La disputa por Guanajuato
Guanajuato es el campo de batalla entre este cártel y el Cártel Jalisco Nueva Generación. San Felipe, tradicionalmente fuera del radar, ha sido arrastrado a esta guerra por control territorial. El secretario de Seguridad, Juan Mauro González, advirtió: «Están haciendo su esfuerzo por tener más presencia en otros municipios».
La indiferencia oficial: silencio, comunicados y nula acción
El comunicado municipal
El gobierno de San Felipe emitió un breve comunicado condenando los hechos y pidiendo reportes anónimos. No se anunciaron estrategias concretas ni presencia reforzada.
Avances en la investigación
Hasta el momento, no hay detenidos ni pistas públicas claras. La FGE confirmó que esta es la masacre número 12 en el año en Guanajuato.
La voz moral: la Iglesia católica exige justicia
Pronunciamiento del Episcopado
La Conferencia del Episcopado Mexicano condenó el crimen con un comunicado titulado «Porque Cristo es nuestra paz». El documento, firmado por los obispos Ramón Castro y Héctor Pérez, alertó sobre el debilitamiento del tejido social y la normalización de la muerte.
El llamado del Arzobispo de León
El arzobispo Jaime Calderón fue contundente: «Que nuestras parroquias sean lugares donde se anuncie con fuerza que el mal no tiene la última palabra». En diciembre de 2024 ya habían pedido una tregua entre cárteles.
El eco de la violencia en un pueblo silenciado
San Bartolo de Berrios es ahora un espejo de la crisis nacional. La masacre no solo apagó siete vidas, sino que expuso la fragilidad de las instituciones, el abandono estatal y la urgencia de reconstruir el tejido social.
¿Cuántas masacres más serán necesarias para que el Estado deje de mirar hacia otro lado?.