Gobernadora ofrece apoyo a periodista amenazada: Adela Navarro bajo fuego

Cuando el periodismo incomoda al poder, el silencio suele ser la respuesta más peligrosa. Adela Navarro, codirectora del semanario ZETA, vive hoy una nueva oleada de amenazas. Y en un país donde informar puede costar la vida, el respaldo institucional no es opcional, es urgente.

Una amenaza repetida: «Dile a Adela Navarro que se cuide»

Desde finales de abril hasta mediados de mayo, una serie de llamadas intimidatorias perturbaron la rutina del semanario ZETA en Tijuana. Según Artículo 19, organización internacional defensora de la libertad de expresión, una voz masculina repetía el mensaje antes de colgar abruptamente.

«Dile a Adela Navarro que se cuide»

Estas palabras resonaron no solo en el teléfono, sino también en la conciencia de un país donde el periodismo de investigación enfrenta riesgos diarios.

La voz detrás del miedo: ¿quién amenaza?

En las primeras llamadas, el eco sugería una habitación vacía. En las más recientes, sonidos de viento o motores insinuaban que la fuente del mensaje se desplazaba, tal vez en una motocicleta. Aunque estos detalles parecen menores, podrían ser cruciales para trazar un perfil técnico del agresor.

  • Llamadas desde líneas antiguas y el conmutador
  • Modulación del sonido y ambiente
  • Persistencia y patrón temporal

Marina del Pilar responde: apoyo desde el gobierno estatal

La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, no tardó en reaccionar. En un mensaje en redes sociales, ofreció respaldo total a Navarro:

«Proteger a la prensa es proteger la libertad de expresión. En nuestra administración esta siempre tendrá un lugar.»

La mandataria afirmó que pondrá a disposición de la periodista los recursos legales, materiales y de seguridad que sean necesarios.

Contexto de fondo: corrupción, narcofosas y silencio oficial

Las amenazas no son aisladas. Coinciden con la publicación de investigaciones que incomodan al poder. Entre ellas, una sobre la narcofosa del Cañón de las Carreteras, donde:

  • Se hallaron tres cadáveres
  • Un testigo señaló la ubicación de más restos
  • La Fiscalía General del Estado (FGE) suspendió las búsquedas

Este tipo de hallazgos, según ZETA, han sido ocultados o minimizados por las autoridades. Para muchos, eso convierte a Navarro y su equipo en blanco fácil.

Un medio bajo ataque constante

No es la primera vez que ZETA enfrenta amenazas. En diciembre de 2024, el medio recibió narcomensajes, forma directa de advertencia del crimen organizado. Con una historia de más de 40 años, ZETA ha sido trinchera y blanco del periodismo más crítico en la región.

«Si callan a ZETA, ¿quién seguirá informando desde las sombras?»

¿Y ahora qué? La libertad de prensa en la cuerda floja

El caso de Adela Navarro plantea preguntas urgentes:

  • ¿Hasta cuándo seguirá el hostigamiento a periodistas?
  • ¿Se castigará a los responsables de las amenazas?
  • ¿Se garantizará la libertad de prensa como un derecho inalienable?

La respuesta aún está por escribirse. Pero mientras tanto, la solidaridad institucional y social debe ser más fuerte que el miedo.

Lo que está en juego no es solo la vida de una periodista, sino el derecho de toda una sociedad a estar informada. En tiempos oscuros, quienes iluminan con la verdad merecen algo más que reconocimiento: necesitan protección real.

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