La tragedia se desató en un departamento de Villa Crespo. Cuatro vidas truncadas, una escena escalofriante y una madre, Laura Leguizamón, bajo sospecha. El homicidio de la familia Seltzer conmociona por su brutalidad.
Un hallazgo macabro en Villa Crespo
Todo comenzó con el grito ahogado de la empleada doméstica. Al ingresar al departamento, encontró una escena que marcaría para siempre su memoria: los cuerpos sin vida de Adrián Seltzer, Laura Leguizamón e Ian e Ivo, sus dos hijos menores.
La trabajadora llamó de inmediato a la policía. «Hay uno de los chicos tirado en el piso sobre un charco de sangre», declaró. Uno de los menores yacía en la sala; el otro, sin vida, fue hallado en su recámara.
La saña contra los niños: una violencia desmedida
La autopsia reveló un dato estremecedor: los niños fueron los más golpeados por la violencia del ataque. Ian, de 15 años, e Ivo, de 12, intentaron defenderse. Las marcas de defensa en brazos y manos lo confirmaban.
- Ambos recibieron entre 10 y 12 puñaladas
- Presentaban heridas consistentes con intentos desesperados de cubrirse
Adrián Seltzer, en cambio, fue hallado en la cama. Recibió tres heridas de arma blanca, sin mostrar signos de resistencia. Todo apunta a que fue atacado mientras dormía.
Laura Leguizamón: la autora y la víctima
Según las primeras indagatorias, Laura Fernanda Leguizamón, madre de la familia, habría sido la autora intelectual y material del crimen. La mujer, de 51 años, tenía antecedentes psiquiátricos y seguía un tratamiento con medicamentos como olanzapina, sertralina y midax.
En la escena, la policía halló una carta con frases dispersas escritas en mayúsculas:
- «Les arruinaba la vida»
- «Con lo que iban a pasar, todo mal, muy perverso»
- «Fue mucho»
- «Los amo»
- «Lo siento»
Estas líneas, caóticas y emocionales, sugieren un brote psicótico severo. La principal hipótesis indica que Leguizamón pudo haber dejado de tomar su medicación antes del ataque.
Un historial psiquiátrico ignorado
Una fuente cercana a la familia declaró al diario La Nación que Laura había tenido su primer episodio psiquiátrico hace casi dos años. Con tratamiento, se había mantenido estable. Sin embargo, el hallazgo de cajas de medicamentos sin consumir podría explicar el desequilibrio fatal.
El crimen no sólo plantea una tragedia familiar, sino una alarma social sobre la salud mental: ¿qué mecanismos fallaron para que una madre llegara a matar a sus hijos?
Una escena sellada por el silencio
En el baño del departamento, la policía halló el cuerpo sin vida de Laura. Todo indica que se suicidó tras cometer el triple homicidio. Dos cuchillos ensangrentados completaban el cuadro del horror.
La familia Seltzer, integrada por un articulista y accionista bursátil (Adrián), una ama de casa en tratamiento psiquiátrico (Laura) y dos niños en edad escolar, parecía llevar una vida común. Hasta que el silencio del departamento reveló una historia de dolor, enfermedad y violencia extrema.
El caso Seltzer no es solo una tragedia: es un espejo de una sociedad que aún estigmatiza la salud mental y desatiende las alertas. ¿Cuántas tragedias más se podrían evitar con un sistema de salud mental realmente acompañante y preventivo?