El colapso que desató la indignación
Era un día caluroso en el centro histórico de Mérida cuando sucedió lo impensable: un caballo se desplomó por agotamiento mientras jalaba una calesa con turistas. El incidente, captado en video, ha encendido las redes sociales y desatado un nuevo llamado urgente contra el maltrato animal en nombre del turismo.
El hecho: cuando el turismo se convierte en sufrimiento
Una postal que se volvió tragedia
En plena avenida del centro de la capital yucateca, testigos grabaron el momento exacto en que el caballo cayó sobre el pavimento. Estaba tirando de una calesa con dos turistas a bordo, en medio del tránsito y bajo un sol abrasador. Permaneció varios minutos en el suelo, inmóvil, visiblemente exhausto.
Sin auxilio, obligado a continuar
Lejos de recibir atención veterinaria inmediata, el animal fue levantado a la fuerza para seguir jalando el carruaje. La escena ocurrió ante la mirada atónita de varios testigos y turistas que guardaron silencio, sin intervenir, mientras se presenciaba un claro caso de abuso animal.
El debate que nunca termina en Mérida
Maltrato animal normalizado
Este caso no es un hecho aislado. En años recientes, distintos medios y activistas han documentado situaciones similares, donde caballos colapsan o muestran señales de sobreexplotación. Jornadas de más de 8 horas, sin acceso constante a agua ni sombra, y bajo temperaturas superiores a los 35°C son parte de su rutina.
«Los caballos de calesas en Mérida no son parte del folclore, son víctimas de una industria turística anacrónica», declaró una activista local.
Un modelo turístico en crisis
Aunque las calesas tiradas por caballos son promocionadas como una experiencia cultural, cada vez más ciudadanos y turistas consideran esta práctica inaceptable. El turismo sustentable exige una revisión ética de los métodos tradicionales que aún persisten en nombre del atractivo turístico.
La indignación en redes sociales
TikTok como plataforma de denuncia
El video fue difundido en TikTok por la cuenta @laratoncita_socialitera, y rápidamente se volvió viral. En los comentarios, cientos de usuarios expresaron su indignación y tristeza por el trato recibido por el caballo.
Exigencias ciudadanas
Usuarios exigieron a las autoridades municipales actuar con firmeza contra los responsables y revisar la regulación de este tipo de transporte. Algunos mensajes clave en redes incluyeron:
- “¡Basta de usar animales como entretenimiento!”
- “Mérida necesita modernizarse, no más sufrimiento.”
- “Esto es tortura disfrazada de tradición.”
¿Qué dicen los expertos y activistas?
Alternativas viables: calesas eléctricas
Desde hace años, organizaciones defensoras de los derechos animales han propuesto reemplazar las calesas de tracción animal por versiones eléctricas. Estos vehículos ofrecen la misma experiencia visual para los turistas, pero sin poner en riesgo la salud de los animales.
“Hay ciudades en Europa y América Latina que ya eliminaron el uso de caballos. Mérida puede ser un referente, si decide actuar”, señala una vocera de una ONG local.
Vacíos legales y falta de supervisión
El Ayuntamiento de Mérida no ha emitido una postura oficial sobre este caso. Sin embargo, los activistas señalan que la regulación actual es insuficiente, ya que no contempla controles estrictos sobre el tiempo de trabajo, condiciones climáticas ni descansos adecuados.
¿Es el turismo responsable posible?
¿Tradición o tortura?
El uso de caballos para turismo se enfrenta a un dilema ético: ¿puede una tradición justificar el sufrimiento animal? Aunque forma parte del imaginario turístico de Mérida, cada vez más voces piden transición hacia modelos más éticos y sostenibles.
Turismo moderno con conciencia
Los turistas también juegan un rol fundamental. Al elegir experiencias libres de maltrato, se empodera un modelo de turismo responsable, que no sacrifica el bienestar animal por una fotografía.
Casos similares y lecciones ignoradas
Un patrón preocupante
Este no es el primer caballo que colapsa en Mérida. En 2019, 2021 y 2023 se reportaron hechos similares en temporada alta, muchos de ellos con consecuencias fatales para los animales. Sin embargo, las autoridades siguen reaccionando tarde y sin medidas estructurales.
«Es cuestión de tiempo para que ocurra una tragedia mayor si no se actúa», alertó un veterinario local.
¿Qué se puede hacer ahora?
Acciones urgentes necesarias
- Suspensión inmediata de las calesas durante altas temperaturas.
- Veterinarios certificados en puntos estratégicos.
- Capacitación obligatoria para propietarios de caballos.
- Protocolo de emergencia animal para turistas y ciudadanos.
- Transición gradual a calesas eléctricas con incentivos económicos.
Ejemplos que inspiran
Ciudades como Guadalajara, Cartagena y San Juan de Puerto Rico ya han iniciado procesos para eliminar gradualmente el uso de caballos en calesas. La transición es posible si hay voluntad política y presión ciudadana.
¿Hasta cuándo el silencio?
El colapso de un caballo en Mérida no es solo un accidente, es el reflejo de un sistema turístico que se niega a evolucionar. Cada minuto que se ignora el sufrimiento animal, se pierde una oportunidad de cambiar.Quizás la pregunta más importante no es qué hacer con las calesas, sino:
¿Qué tipo de ciudad queremos ser?