Una imagen, una contradicción y un silencio estratégico han puesto en jaque la narrativa presidencial de Claudia Sheinbaum sobre soberanía y seguridad nacional.
La imagen que detonó el caos
Todo comenzó con una fotografía difundida desde las redes oficiales del gobierno mexicano. En ella, cuatro agentes tácticos con escudos de ICE aparecen supuestamente durante un operativo antidrogas en Sinaloa. El boletín, publicado el miércoles por la tarde, anunciaba el desmantelamiento de tres laboratorios clandestinos. En cuestión de horas, Latinus y La Jornada replicaron la imagen, provocando un estallido mediático.
Sheinbaum: entre la negación y la confusión
Quince horas después, la presidenta Claudia Sheinbaum negó cualquier participación de agentes estadounidenses. Afirmó que la imagen era falsa, con base en una supuesta aclaración de La Jornada, que nunca se hizo pública ni se tradujo en una corrección del medio.
“No hay subordinación ni participación de elementos de alguna agencia de Estados Unidos en ninguna operación”, declaró Sheinbaum.
La negación contrasta con los hechos: la imagen sigue sin ser desmentida por quienes deberían tener autoridad sobre su autenticidad.
La embajada y ICE complican el panorama
Al día siguiente, la Embajada de Estados Unidos en México intentó controlar el daño. En una carta enviada al programa de Ciro Gómez Leyva, negaron la participación directa de sus agentes, afirmando que el operativo fue ejecutado por la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y la FGR.
Sin embargo, no desmintieron la fotografía. Peor aún, la agencia ICE emitió un comunicado confirmando que la operación fue realizada por una «unidad certificada» por ellos y por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Qué son las «vetting units»
Estas «unidades certificadas» fueron creadas durante el gobierno de Felipe Calderón como parte de la cooperación binacional antidrogas. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto su uso fue limitado, y con Andrés Manuel López Obrador, casi desaparecieron.
Su reactivación en la era Sheinbaum implica una colaboración que contradice su postura pública de soberanía absoluta.
Las tres hipótesis de Riva Palacio
En su columna «Estrictamente Personal», Raymundo Riva Palacio plantea tres escenarios:
- Sheinbaum está informada y guarda silencio estratégico.
- La embajada coordinó su comunicado con ICE.
- ICE cometió un error y la imagen no es de México.
Cada opción plantea dilemas graves: desinformación interna, descoordinación diplomática o manipulación de evidencia.
Implicaciones para la narrativa presidencial
Claudia Sheinbaum ha hecho de la soberanía nacional una bandera política. Pero este episodio evidencia grietas. ¿Puede una presidenta hablar de independencia mientras unidades ligadas a EE.UU. operan en su territorio?
El verdadero problema no es la participación de agentes, sino la falta de transparencia y la desinformación. Si ICE dice una cosa, la embajada otra y la presidenta una tercera, la confianza institucional se erosiona.
Este escándalo va más allá de una imagen o un boletín: revela un conflicto entre discurso y realidad, entre narrativa y evidencia. En un país donde la seguridad nacional es una prioridad urgente, la claridad comunicacional debe ser tan firme como la soberanía que se proclama. ¿Podrá Sheinbaum recuperar el control de su propia historia?