Impuesto a remesas: la amenaza que puede sacudir a millones de familias mexicanas

Impuesto a remesas desde EE. UU.: una propuesta que podría golpear a millones de familias en México y desestabilizar la economía nacional.
Impuesto a remesas: la amenaza que puede sacudir a millones de familias
Impuesto a remesas: la amenaza que puede sacudir a millones de familias

Una decisión legislativa en Washington podría cambiar la vida de millones de mexicanos. La propuesta de un impuesto a las remesas desde Estados Unidos amenaza con impactar directamente a los hogares que dependen de ese ingreso vital.

Una propuesta que enciende las alarmas

Cada cierto tiempo, desde el Capitolio estadounidense surge una idea que provoca escalofríos al sur del Río Bravo: gravar con impuestos las remesas que los trabajadores migrantes envían a México. Aunque actualmente no existe un impuesto federal de este tipo, la posibilidad de su implementación ha revivido un debate encendido.

El golpe directo al bolsillo de las familias

Para millones de hogares mexicanos, las remesas son mucho más que dinero: son sustento. Cubren alimentación, salud, vivienda y educación, funcionando como una red de seguridad financiera. Si se aplicara un impuesto en EE. UU., la cantidad neta recibida disminuiría considerablemente, afectando el bienestar inmediato de quienes dependen de estos envíos.

En comunidades rurales, donde las oportunidades laborales son escasas y la infraestructura gubernamental limitada, las remesas representan la diferencia entre la supervivencia y la pobreza extrema. Reducir estos ingresos sería como cerrar una válvula de oxígeno en regiones ya de por sí vulnerables.

Doble tributación: una injusticia fiscal

Muchos de los trabajadores migrantes ya pagan impuestos en Estados Unidos. Imponer una carga adicional sobre las remesas significaría, según legisladores mexicanos, una forma de doble tributación, injusta e inequitativa.

El principio internacional contra la doble imposición busca evitar que una misma renta sea gravada por dos países. Un impuesto a las remesas podría violar este principio y abrir un frente diplomático y legal complejo.

Fugas hacia canales informales

Un nuevo impuesto podría motivar a los remitentes a utilizar vías no oficiales, menos seguras y no reguladas. Esto dificultaría el seguimiento de los flujos financieros y pondría en riesgo tanto al remitente como al receptor.

El crecimiento de sistemas paralelos podría incluso beneficiar a redes criminales que aprovechan la informalidad para lavar dinero o financiar actividades ilícitas, exacerbando un problema de seguridad transfronterizo.

Una amenaza a la economía nacional

El impacto no se limita a los hogares. Las remesas representan una parte clave del Producto Interno Bruto de México.

  • En 2023, alcanzaron el 3.4% del PIB
  • Superaron ingresos por turismo y exportación petrolera

Una caída en este flujo podría alterar la balanza de pagos y disminuir el consumo interno, afectando desde negocios locales hasta programas sociales.

Según datos del Banco de México, las remesas han servido como estabilizador macroeconómico en tiempos de crisis, ayudando a contener la inflación y sostener la demanda agregada. Reducir este flujo podría acelerar una desaceleración económica.

Una relación bilateral en riesgo

Las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y México podrían intensificarse. El gobierno mexicano ha defendido con fuerza el papel de los migrantes y el carácter vital de las remesas. Cualquier medida que las amenace podría enturbiar la cooperación bilateral en temas clave como comercio, seguridad y migración.

Voceros diplomáticos han reiterado que las remesas no son un lujo, sino una necesidad, y que su imposición fiscal podría considerarse una medida hostil hacia la comunidad latina en EE. UU., con implicaciones políticas domésticas en ambos países.

Medio siglo de crecimiento imparable

De modestos inicios a cifras récord

Hace 50 años, las remesas eran un flujo menor, informal y poco cuantificado. Hoy, son una fuente estratégica de divisas para México. La trayectoria ha sido ascendente:

  • Años 70 y 80: flujos limitados, mecanismos rudimentarios
  • Años 90: mejor medición y formalización
  • 2000: USD $6.5 mil millones
  • 2006: USD $23 mil millones
  • 2021: USD $62.5 mil millones
  • 2022: USD $58.5 mil millones
  • 2023: USD $63.3 mil millones
  • 2024: récord de USD $64.7 mil millones, el 96.6% desde EE. UU.

Factores que explican el ascenso

  1. Aumento de la población migrante mexicana en EE. UU.
  2. Mejoras tecnológicas en transferencias electrónicas
  3. Periodos de estabilidad económica estadounidense
  4. Fuerte sentido de responsabilidad familiar

Este crecimiento también refleja la falta de oportunidades en muchas regiones de México, lo cual ha convertido a la migración y las remesas en una especie de «política social externa» no declarada.

Lo que está en juego: más que dinero

Más que cifras o políticas, están en juego vidas humanas, futuros familiares y estabilidad nacional. Una decisión política en otro país puede tener efectos devastadores a miles de kilómetros de distancia. La historia de las remesas es una historia de sacrificio, arraigo y esperanza.

Cada dólar enviado desde Los Ángeles, Houston o Chicago representa horas de trabajo, nostalgia por el hogar y la esperanza de una vida mejor para quienes se quedaron. Penalizar ese acto solidario podría tener consecuencias morales que trascienden lo económico.

¿Podrá el Congreso de EE. UU. ver más allá de la recaudación fiscal? Si el impuesto se concreta, no solo afectará a quienes envían y reciben dinero. Podría reconfigurar relaciones internacionales, redes familiares y modelos económicos enteros. El futuro de millones de mexicanos está, literalmente, en manos ajenas.

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