Sofía: La Amiga Acusada Injustamente Tras el Feminicidio de Valeria Márquez

El precio de la amistad: Sofía en el ojo del huracán

El 14 de mayo de 2025, Valeria Márquez, influencer y empresaria de 23 años, fue asesinada mientras transmitía en vivo desde su salón en Zapopan. El país quedó conmocionado. Pero en medio del dolor, emergió una nueva víctima: Sofía Liparoli, su mejor amiga, quien fue blanco de rumores, señalamientos y acoso digital.

¿Quién es Sofía Liparoli y por qué fue acusada?

Sofía era una figura constante en la vida de Valeria. Compartían amistad, proyectos y transmisiones. Estaba presente cuando Valeria fue asesinada y fue quien, entre el caos, cortó la transmisión en TikTok. Pero lo que debió ser visto como un acto humano, fue transformado por la especulación pública.

La transmisión que cambió su vida

En el en vivo, Valeria recibió un paquete. Dudó en abrirlo. Instantes después, un hombre entró y preguntó: «¿Eres Valeria?». Ella respondió «Sí» y fue atacada. Usuarios, influenciados por el morbo, empezaron a sugerir que Sofía tenía algo que ver. ¿Su crimen? Estar allí.

El regalo y la sospecha

Algunos internautas afirmaron que Valeria presentía su muerte, alimentando una narrativa conspirativa en la que Sofía sería cómplice. La presencia del paquete, la coincidencia de su llegada y la interrupción del video alimentaron teorías sin sustento.

Sofía rompe el silencio: «Dejen de hablar en base al morbo»

Agobiada por los comentarios y amenazas, Sofía habló:

«Por el respeto a la memoria de mi Vale bella, les pido respeto… a ella siempre le llegaban regalos, era normal. Las que conocían nuestra relación sabían que siempre le enviaba detalles».

Negó cualquier vínculo con el asesinato y reiteró el cariño que le tenía: «Val era como una hermana. Jamás haría algo para lastimarla». Pidió empatía en medio de una situación que calificó como «difícil de sobrellevar».

Una amistad bajo ataque

Sofía ha sido insultada, acosada e incluso amenazada. A pesar del dolor, ha tratado de honrar la memoria de Valeria con respeto. «No quiero convertirme en otra víctima del odio digital», escribió en una historia reciente.

La dimensión emocional del acoso

Sofía no solo lidia con el duelo, sino con una opinión pública despiadada. El juicio digital muchas veces ignora el trauma de quienes sobreviven. La soledad y ansiedad que ha denunciado deben ser escuchadas y atendidas.

Feminicidio y linchamiento digital: doble tragedia

Mientras la Fiscalía del Estado de Jalisco investiga el crimen como feminicidio, Sofía enfrenta otro juicio: el de las redes sociales. Sin pruebas, sin contexto, fue señalada y revictimizada por cientos de personas que vieron solo fragmentos de un horror mucho mayor.

La investigación oficial

Aún sin detenidos, la fiscalía considera diversas líneas: una ruptura sentimental, el rol de Valeria como influencer, su emprendimiento, o violencia estructural. Hasta ahora, ninguna apunta a Sofía.

El daño colateral del morbo

El caso de Sofía evidencia una problemática grave: la cultura de cancelación basada en suposiciones. La difusión sin control del video, la especulación pública y la presión digital no solo entorpecen investigaciones, sino que destruyen vidas.

Redes sociales: ¿herramientas de justicia o linchamiento?

El asesinato de Valeria y el ataque a Sofía exponen cómo las plataformas digitales pueden ser tanto aliadas en la búsqueda de justicia como cómplices de la violencia simbólica. ¿Dónde trazamos la línea?

Justicia para Valeria, respeto para Sofía

Valeria merece justicia. Pero Sofía también merece respeto. La amistad, en este caso, se convirtió en una condena pública. Urge que la verdad prevalezca y que dejemos de alimentar narrativas sin sustento.

¿Y si fuera tu amiga?

La historia de Sofía nos obliga a reflexionar sobre cómo reaccionamos ante la tragedia ajena. ¿Cómo actuaríamos si nuestra mejor amiga muriera ante nuestros ojos y luego fuéramos acusados sin pruebas? La empatía no debería ser selectiva.

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