Filtran foto de Marianne Gonzaga en la cárcel: así vive tras la agresión a Valentina Gilabert

Una influencer, un ataque y una imagen que lo cambia todo

En febrero pasado, Marianne Gonzaga, reconocida influencer de belleza y maternidad, fue detenida por presuntamente apuñalar a Valentina Gilabert. Desde entonces, su historia ha dado un vuelco tan dramático como viral. La reciente filtración de una foto desde la cárcel de Santa Martha Acatitla ha reavivado el debate público sobre su caso y mostrado un lado inesperado de la joven.

El caso Gonzaga-Gilabert: violencia entre influencers

Un ataque de celos con 14 puñaladas

El pasado mes de febrero, medios digitales estallaron con la noticia de un violento ataque entre dos creadoras de contenido. Gonzaga fue acusada de apuñalar en al menos 14 ocasiones a Valentina Gilabert, en lo que se describió como un «ataque de celos«. La gravedad de la agresión y el hecho de que ambas fueran figuras públicas intensificó el interés mediático.

Detención y proceso judicial

Días después, Marianne fue vinculada a proceso y enviada a la cárcel de Santa Martha Acatitla. Al ser menor de edad, su proceso permanece en privado, lo que ha generado una ola de especulaciones. Sin embargo, según declaraciones desde la cuenta «Reas de Turquesa», la posibilidad de una condena es alta:

«Su proceso va a tardar, es un 95% que será sentenciada. Si hubiera tenido 18 años, estaría siendo juzgada por tentativa de feminicidio.»

Vida tras las rejas: la foto que lo dice todo

Participación activa y actitud tranquila

Recientemente, la cuenta «Reas de Turquesa«, administrada por Fernanda P HALF, publicó una imagen de Marianne en la prisión. Vestida con uniforme gris y peinada con trenzas, la joven aparece participando en talleres para menores infractoras. Lejos del perfil agresivo, las descripciones la muestran como alguien «tranquila y muy participativa«.

«Ella siempre está con una sonrisa, no entienden por qué actuó así.»

Testimonios desde adentro

Compañeras de la institución la describen como «súper linda y calmada«. Esta imagen contrasta fuertemente con la de la presunta agresora:

  • Participa en talleres.
  • Mantiene una actitud positiva.
  • Es apreciada por otras reclusas.

La figura de Aitzane «N»: el contraste

A diferencia de Marianne, Aitzane «N», presunta cómplice, también fue vinculada a proceso pero mantiene una actitud hostil:

«La que sí es un hígado es Aitzane, o sea, mamona, siempre anda de jeta.»

Este contraste refuerza la percepción dual del caso: mientras una muestra adaptación, la otra genera rechazo.

¿Redención o estrategia?

La filtración de la foto de Marianne Gonzaga no sólo revela su aspecto actual, sino que plantea una interrogante social profunda: ¿puede alguien redimirse tras un acto violento? ¿O es solo una estrategia mediática para suavizar su imagen ante un juicio inminente?

El futuro de Marianne está en manos de la justicia, pero su historia ya se ha convertido en un caso paradigmático sobre violencia juvenil, celebridad digital y percepción social.

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