La tragedia de Valeria Márquez no solo está marcada por un disparo. Lo que sucedió durante su transmisión en vivo ha abierto un inquietante debate legal: ¿pueden sus amigas ser acusadas de feminicidio?
Una transmisión que terminó en tragedia
Valeria Márquez, influencer mexicana de estilo de vida, fue asesinada a sangre fría por un sicario mientras transmitía en vivo por TikTok. El caso conmocionó a sus seguidores y a la opinión pública. Las imágenes quedaron registradas en tiempo real, convirtiendo un instante de cotidianeidad en una escena de crimen global.
Según la Fiscalía, el atacante se presentó como repartidor con la excusa de entregar un paquete. Al identificar a Valeria, disparó sin titubeos. La joven murió al instante. El ataque tuvo lugar en Zapopan, Jalisco, un municipio que se ha convertido en escenario recurrente de violencia contra las mujeres.
Las amigas en la escena: ¿testigos o cómplices?
Erika y Vivian, amigas cercanas de Valeria, estaban presentes durante el asesinato. Aunque inicialmente fueron tratadas como testigos, las declaraciones de la abogada Marcela Torres han encendido alarmas.
La jurista, entrevistada por el periodista Javier Ceriani, aseguró que, según el Artículo 19 del Código Penal del Estado de Jalisco, las amigas podrían ser consideradas partícipes del delito de feminicidio.
Fundamentos legales que complican el caso
El artículo citado establece que también son autores del delito:
- Quienes acuerden o preparen su realización.
- Quienes participen directamente o en conjunto.
- Quienes auxilien, encubran o induzcan dolosamente.
En ese marco, si Erika y Vivian distraían a Valeria a sabiendas del ataque, podrían haber tenido «dominio del hecho». Esto podría bastar para imputarlas.
«Si ellas la estaban entreteniendo para que alguien llegara, son responsables… Van a ser sancionadas por feminicidio» – Dra. Marcela Torres
Pruebas tecnológicas y sospechas
Uno de los elementos clave será el análisis de los celulares de las amigas. Las autoridades podrían intervenirlos para conocer las comunicaciones previas al crimen.
También hay sospechas sobre posible destrucción de evidencia: las cámaras del negocio de Erika estaban «arrancadas», aunque no se ha confirmado si fue acción de la Fiscalía o de terceros.
Este hecho podría configurar un delito de encubrimiento, otro agravante en el expediente.
«Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata» – refrán popular citado por Torres
La dimensión social y legal del feminicidio
Este caso resalta no solo por la brutalidad del acto, sino por el cambio en la percepción legal del feminicidio. La participación indirecta también puede implicar responsabilidades penales.
Además, el hecho de que haya sido transmitido en vivo ha generado una reacción colectiva sin precedentes. La línea entre espectador y testigo se diluye, y las redes se convierten en escenario, archivo y tribunal.
Lo que sigue en el proceso
Una de las dos amigas ya habría declarado ante la Fiscalía. Se espera que Vivian también lo haga pronto. Mientras tanto, la opinión pública y los colectivos feministas exigen transparencia, perspectiva de género y justicia.
La muerte de Valeria Márquez no puede ser solo otro caso más en la estadística de feminicidios. Si sus amigas tuvieron participación activa o encubrieron el crimen, debe esclarecerse. Pero también urge un debate más amplio: ¿hasta dónde llega la responsabilidad digital en una era donde todo se transmite y se comparte en tiempo real?