Crimen Paloma y Josué: ¿Narcotráfico Mexicano o Escalofriante Plan de Abuso en Florencio Varela?

El brutal asesinato de Paloma (16) y Josué (14) en Florencio Varela destapa hipótesis escalofriantes: ¿redes criminales o un plan siniestro entre adolescentes? Familias enfrentadas.

Un amor adolescente, planes para ir al gimnasio, y un final brutal en un baldío de Florencio Varela. La muerte de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, de 16 y 14 años, no sólo truncó dos vidas jóvenes, sino que desató una tormenta de acusaciones, teorías contrapuestas y un dolor que consume a dos familias.

El Silencio Roto: La Voz de la Familia de Josué Emerge

La familia de Josué Salvatierra, sumida en un duelo devastador tras el hallazgo de los cuerpos, ha decidido finalmente compartir su perspectiva sobre las hipótesis que rodean el trágico suceso. Durante semanas, el peso del dolor les impidió hablar, pero ahora, la necesidad de justicia y de aclarar los hechos los impulsa a confrontar las versiones que han circulado, especialmente aquellas provenientes del entorno de Paloma.

«Estábamos Destrozados»: El Duelo y la Decisión de Hablar

Carolina Maldonado, madre de Josué, expresó en una entrevista con A24 la razón de su silencio inicial. La magnitud de la pérdida, el shock de encontrar a su hijo de apenas 14 años asesinado, los había dejado, en sus propias palabras, «destrozados». Este estado de vulnerabilidad emocional impidió una respuesta inmediata a las teorías que comenzaban a surgir, un silencio que algunos pudieron haber malinterpretado, pero que respondía al natural proceso de duelo ante una tragedia de tal calibre.

La decisión de hablar ahora no es solo un desahogo, sino una búsqueda activa de la verdad, un intento por encauzar una investigación que, a casi cuatro meses de los hechos, sigue abierta y con más preguntas que respuestas. Para la familia Salvatierra, es crucial que su voz se escuche, que su perspectiva sea considerada y que la memoria de Josué no quede manchada por especulaciones infundadas.

Confrontando la Versión del Pastor: Mexicanos, Colombianos y Trata de Personas

Una de las primeras y más impactantes teorías fue la propuesta por el pastor Omar Gallardo, padre de Paloma. Según Carolina Maldonado, en los primeros encuentros en la comisaría, con la conmoción a flor de piel, el pastor Gallardo ya delineaba un escenario complejo y aterrador.

«Nos vimos en la comisaría y él ya decía que era trata de personas y habla de mexicanos y colombianos.» – Carolina Maldonado, mamá de Josué.

Esta afirmación, citada por la madre de Josué, pintaba un cuadro de crimen organizado transnacional. La hipótesis del pastor sugería que los adolescentes no habrían sido víctimas de un crimen pasional o un robo al voleo, sino de una red sofisticada con conexiones internacionales. Mencionaba específicamente a ciudadanos mexicanos y colombianos como posibles responsables, lo que añadía un elemento de complejidad y peligro aún mayor al caso.

Según esta línea de pensamiento, los cuerpos de Paloma y Josué habrían sido llevados a la zona del terreno baldío en Florencio Varela después de ser asesinados en otro lugar. Esto implicaría una logística y una premeditación que apuntaría a profesionales del crimen, no a delincuentes comunes. La familia de Josué, sin embargo, tiene una visión diferente de este punto crucial.

La Hipótesis de la Familia Salvatierra: Un Crimen en el Fatídico Baldío

Contrario a la idea de un traslado de cuerpos, la familia de Josué Salvatierra sostiene una hipótesis más directa y, quizás, más cruda sobre el lugar del asesinato. Para ellos, la evidencia y la lógica apuntan a que los jóvenes encontraron su trágico final en el mismo terreno baldío donde fueron descubiertos.

«Los Chicos Fueron Asesinados en el Terreno Baldío»

La convicción de la familia de Josué es firme: el asesinato ocurrió in situ. Basan esta creencia en la naturaleza de las heridas fuertes golpes en la cabeza y en la ausencia de indicios que sugieran un traslado elaborado de los cuerpos. Esta perspectiva, si bien no descarta la brutalidad del acto, sí modifica la narrativa sobre quiénes podrían ser los responsables y cómo se desarrollaron los eventos.

Para Carolina Maldonado, la idea de que los cuerpos fueron «plantados» en el baldío no se sostiene. Ella insiste en que la investigación debe centrarse en lo que ocurrió en ese lugar específico, un sitio que, como se revelaría más tarde, ya era percibido como peligroso por al menos una de las víctimas. Este enfoque busca simplificar, en cierto modo, el escenario del crimen, concentrándose en la evidencia física del lugar del hallazgo.

El Doloroso Descubrimiento: Golpes Fatales en la Cabeza

Los informes iniciales sobre el estado de los cuerpos revelaron la causa de la muerte: fuertes golpes en la cabeza. Este dato es fundamental para ambas hipótesis, pero su interpretación difiere. Mientras que para el pastor Gallardo podría ser la culminación de un secuestro o un acto de una red criminal, para la familia de Josué es la prueba de un ataque salvaje perpetrado en ese mismo descampado.

La brutalidad de las heridas habla de una violencia extrema, un ensañamiento que estremece. La familia de Josué se aferra a este dato como un ancla en la búsqueda de la verdad, esperando que el análisis forense detallado pueda arrojar más luz sobre las circunstancias exactas del ataque. ¿Hubo lucha? ¿Fueron sorprendidos? Son preguntas que aún flotan en el aire.

La Acusación Más Perturbadora: ¿Un Plan de Abuso Ideado por Josué?

En un giro inesperado y profundamente doloroso para la familia Salvatierra, surgió una segunda hipótesis por parte del padre de Paloma. Esta nueva teoría se alejaba de las redes criminales internacionales para apuntar directamente contra Josué, el novio de su hija.

La Sombra de la Duda Sobre Josué: «Quiso Abusar de Paloma»

Carolina Maldonado reveló, con evidente consternación, que el pastor Omar Gallardo llegó a considerar que su propio hijo, Josué, había orquestado un plan para abusar sexualmente de Paloma. Según la madre del adolescente, esta fue una de las primeras ideas que cruzaron la mente del padre de la joven.

«Lo primero que le pasó por la cabeza a Omar es que mi hijo quiso abusar de Paloma y por eso la llevó al campito.» – Mamá de Josué.

Esta declaración es, sin duda, la más difícil de procesar para la familia de Josué. No solo deben lidiar con la pérdida de su hijo, sino también con la posibilidad de que la familia de la novia de su hijo lo viera como un agresor en potencia. La idea de que Josué llevara a Paloma al «campito» –el terreno baldío– con intenciones siniestras es una afrenta directa a su memoria.

El «Campito»: ¿Escenario de un Plan Siniestro o Lugar Peligroso Conocido?

El terreno baldío, referido coloquialmente como «el campito», se convierte en el epicentro de estas teorías contrapuestas. Para el pastor Gallardo, en esta segunda hipótesis, el lugar fue elegido deliberadamente por Josué por su poca afluencia de gente, facilitando así un presunto ataque. Esta visión transforma a Josué de víctima a victimario, al menos en la intención.

Sin embargo, la información extraída de los mensajes de WhatsApp entre los adolescentes ofrece un matiz crucial. Paloma le pedía a Josué que no fuera a esa zona, reconociendo explícitamente su peligrosidad: «Nos pueden robar y matar», le habría advertido. Esta advertencia sugiere que ambos, o al menos Paloma, eran conscientes de los riesgos del lugar, lo que podría contradecir la idea de que Josué la llevó allí con un plan oculto. Más bien, podría interpretarse como una imprudencia juvenil, una subestimación del peligro real, a pesar de las advertencias. La insistencia de Josué, pese al temor de Paloma, añade una capa de complejidad a la dinámica entre ellos y a las decisiones que tomaron ese fatídico día.

La Reacción de una Madre: «Quiero Justicia y a los Verdaderos Responsables»

Ante la devastadora acusación de un intento de abuso por parte de su hijo, la respuesta de Carolina Maldonado es categórica. Ella rechaza de plano esta posibilidad y reafirma su búsqueda de justicia, no solo para Josué, sino para ambas víctimas.

«Yo quiero justicia y a los verdaderos responsables.» – Mamá de Josué.

Esta frase encapsula el sentir de una madre que lucha por limpiar el nombre de su hijo y por encontrar a quienes perpetraron el doble homicidio. Su enfoque se mantiene en la existencia de culpables externos, autores materiales de los golpes fatales que acabaron con la vida de los dos adolescentes. La familia Salvatierra no busca culpabilizar a Paloma ni a su entorno, sino desentrañar la verdad detrás de las acciones de terceros.

La Investigación en Curso: Pistas, Sospechosos y un Mar de Dudas

A casi cuatro meses del brutal crimen, la investigación oficial sigue su curso, aunque con avances que parecen lentos y con muchas incógnitas por resolver. La comunidad y las familias esperan respuestas concretas que puedan traer algo de paz.

Los Mensajes de WhatsApp: Crónica de una Tragedia Anunciada

Las primeras investigaciones revelaron mensajes en los WhatsApp de Paloma y Josué. Estos intercambios se han convertido en una pieza clave, aunque dolorosa, del rompecabezas. Como se mencionó, Paloma expresó su temor sobre la zona del terreno baldío, un lugar que identificaba claramente como peligroso. Le rogó a Josué que no fuera allí, anticipando un riesgo que, trágicamente, se materializó.

La insistencia de Josué, a pesar de las súplicas de su novia («Nos pueden robar y matar»), es un punto que los investigadores seguramente están analizando. ¿Fue una muestra de temeridad adolescente? ¿Había alguna razón particular por la que Josué quería ir a ese lugar específico, más allá de un simple atajo o un lugar de encuentro? Estos mensajes, aunque no señalan directamente a los asesinos, sí ofrecen un contexto crucial sobre los momentos previos al crimen y la conciencia del peligro.

Un Sospechoso Identificado: La Pista del Teléfono Celular

El único avance concreto que ha trascendido públicamente en la investigación es la identificación de una persona como sospechosa. Este individuo estaría conectado con Josué a través del uso del número de su teléfono celular. Las autoridades indagan si este número fue duplicado (una práctica común en ciertos ámbitos delictivos para clonar líneas) o si se trata del mismo aparato que pertenecía al joven de 14 años.

Esta línea de investigación es vital. Si el celular fue robado y utilizado por el sospechoso, podría conducir directamente a los autores materiales o a su entorno. Si, por otro lado, el número fue duplicado, podría abrir otras vías de investigación, quizás más complejas, relacionadas con el acceso a la información personal de Josué. La conexión de este sospechoso con el crimen, y si actuó solo o acompañado, son preguntas que la justicia debe responder.

Casi Cuatro Meses de Angustia y una Investigación Abierta

El tiempo transcurrido, casi cuatro meses, sin una resolución clara, aumenta la angustia de las familias y la presión sobre las autoridades. Una «investigación abierta» significa que se siguen recolectando pruebas, tomando testimonios y explorando todas las líneas posibles. Sin embargo, para quienes esperan justicia, cada día sin respuestas es una carga adicional.

La falta de múltiples detenidos o de una confesión clara mantiene el caso en un limbo doloroso. Las especulaciones y teorías contrapuestas llenan el vacío de información oficial, lo que puede ser perjudicial tanto para la memoria de las víctimas como para el proceso judicial.

El Impacto en las Familias y la Búsqueda de la Verdad Última

Más allá de las diligencias policiales y judiciales, el impacto emocional y psicológico en las familias Gallardo y Salvatierra es incalculable. Se enfrentan no solo a la pérdida irreparable de sus hijos, sino también a un laberinto de acusaciones y sospechas que pueden minar cualquier intento de duelo compartido.

Dos Familias, Dos Relatos, un Mismo Dolor

Aunque las hipótesis sobre los responsables y las circunstancias difieren drásticamente entre el pastor Omar Gallardo y Carolina Maldonado, el dolor subyacente es, sin duda, compartido. Ambos perdieron a sus hijos de manera violenta y prematura. Esta tragedia los unió en el sufrimiento, aunque las narrativas sobre lo ocurrido los separen.

Es fundamental que la investigación pueda ofrecer una verdad fáctica que permita, eventualmente, sanar estas divisiones. La confrontación de versiones, aunque necesaria en el proceso de esclarecimiento, añade una capa de complejidad emocional a una situación ya de por sí devastadora. El recuerdo de Paloma y Josué como pareja, como dos jóvenes con un futuro por delante, queda atrapado en medio de estas narrativas encontradas.

La Necesidad de Claridad para Honrar su Memoria

La memoria de Paloma y Josué merece ser honrada con la verdad. Las especulaciones sobre trata de personas, la implicación de criminales extranjeros, o la terrible sospecha de un plan de abuso, son todas cargas pesadas que enturbian el recuerdo de quienes eran realmente estos adolescentes.

La comunidad de Florencio Varela, y la sociedad en general, observan este caso con atención, esperando que la justicia pueda actuar con celeridad y eficacia. Deslindar responsabilidades, identificar a los culpables y entender la secuencia exacta de los hechos es crucial no solo para el castigo de los criminales, sino para ofrecer un cierre, por doloroso que sea, a las familias.

El caso de Paloma y Josué es un espejo oscuro que refleja múltiples fallas y temores sociales: la vulnerabilidad de los jóvenes, la inseguridad en ciertos barrios, la rapidez con que surgen teorías y la lenta maquinaria de la justicia. Mientras las hipótesis se cruzan y las familias buscan consuelo en sus propias verdades, dos vidas jóvenes se han perdido. ¿Podrá la investigación oficial ofrecer una respuesta unívoca que satisfaga la sed de justicia y permita a ambas familias iniciar un verdadero proceso de duelo, libre de la sombra de la duda y la acusación? El tiempo, y la eficacia de la justicia, lo dirán.

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